De las profesiones del futuro se habla muy a menudo aún sin tener demasiado claro cuáles serán. Es habitual encontrar titulares de medios en los que se augura un mundo profesional sin muchos de los empleos que conocemos. Sin embargo, no se le da la misma relevancia a un asunto que trae de cabeza a las compañías y que serviría para que muchos jóvenes orientasen su futuro laboral hacia lo que realmente les gusta y podría servirles como sustento casi por toda su carrera de trabajo. Hacemos un repaso a las profesiones digitales y a unas siglas que las representan que, en la mayor parte de los casos, confunden a los estudiantes y generan el caos en las ofertas de empleo por ser demasiado genéricas incluyendo varias profesiones.
La clave de todo el caos asociado a las llamadas “nuevas profesiones”, tanto por parte de los estudiantes como a nivel empresarial está en que todavía hablamos de carreras técnicas o estudios de FP asociados a conceptos tan generales como informática o comercio, cuando dentro de la informática hay unos cuantos ámbitos que son tan especializados que suponen una profesión per se, al igual que en el sector del comercio digital. En la misma situación se encuentran los profesionales del diseño aplicado a las nuevas tecnologías.
El desconocimiento del propio panorama digital en la pyme es enorme. Y considerando que son más del 90% del tejido productivo del país, es fundamental comenzar a poner el foco en ese caos. No es la primera vez que se redactar ofertas laborales imposibles, y que son objeto de análisis en redes como LinkedIn. Pedir que un candidato sepa programar (la mayor parte de las veces con varios lenguajes y en plataformas web y móvil), que comprenda la estrategia de medios digitales con competencias específicas en herramientas como Ads, y que además tenga conocimientos de diseño digital para crear piezas como banners es algo así como desear que un médico sea también arquitecto y abogado. Puede que no tan exagerado, porque estas tres grandes disciplinas están algo más relacionadas entre sí en el día a día, pero poco o nada tienen en común.
De hecho, se hace cada vez más necesario que los procesos de contratación de personal sean gestionados de un modo más selectivo. Es decir, hacer un buen análisis interno de qué se requiere, dejando a un lado unas pretensiones que nada tendrán que ver con la realidad del puesto de trabajo, al tiempo que se analiza la posible formación de un equipo capaz de plantear y sacar adelante una estrategia clara para lograr los objetivos de la empresa.
Cuando se habla de un programador o informático asociado a una empresa que necesita desarrollo y gestión de una web, generalmente hay cinco perfiles especializados (que podrían ser más dependiendo de lo específico que resulte el proyecto, además de la incorporación de cada vez más disciplinas que se convierten en especialidades): Frontend, Backend, Full Stack, experto en base de datos y experto en interfaz/experiencia de usuario.
Un programador Frontend es el que abarca todo aquello que el usuario ve en la página. Los menús, los botones, la imagen que da la web y todo lo que hace que el site sea atractivo. Por ende, uno de estos profesionales, además de tener conocimientos de los códigos necesarios y su implementación ha de ser creativo y tener empatía con el usuario final para garantizarle la navegación y una facilidad de uso.
Entre los conocimientos que debe tener este profesional, destacan la programación en HTML (se usa para plasmar en una web el contenido), CSS ( se utiliza para dar estilo al contenido que se crea con HTML) y Javascript (permite incluir interacción en un site avanzando además el rastreo de datos para comprender cómo el usuario se comporta en el site).
Este profesional es el que se encarga de la parte lógica de toda la web, así como de la arquitectura interna y de la correcta función de todos los elementos del site.
Entre los conocimientos de este profesional es habitual que se demande: ASP.NET (plataforma de desarrollo de Microsoft), PHP (el formato que usan los principales gestores de contenido), Ruby y Ruby on rails, Python (uno de los lenguajes de programación más utilizados), Node.js (basado en un lenguaje similar al que se tiene en la parte con la que el cliente interactúa; Javascript)
Es una de las figuras más demandadas precisamente porque es capaz de desarrollar su labor como frontend y como backend. Generalmente, se encarga de mayor manera de uno de los dos y es muy habitual que actúe como coordinador de equipo por sus conocimientos avanzados a ambos lados.
Con las webs dinámicas, así como con la digitalización aplicada al día a día de las personas, como por ejemplo la transformación digital en el mundo bancario, las bases de datos se han convertido en una especialidad en sí mismas. Así, comienza a demandarse un perfil que en muchos casos no se forma en una escuela específica, pero sí tiene conocimientos similares a los anteriores y acaba por encontrar una especialización mayor en los desarrollos internos que tienen que ver con toda esa cantidad de datos necesaria en fracciones de segundo buscando modos más rápidos de ofrecerlos y salvaguardando su seguridad.
Si bien son dos disciplinas diferentes (que requieren por ende conocimientos distintos), suelen estar relacionadas e ir de la mano.
El experto en UI se encarga de todos los elementos que aparecen en la pantalla y con los cuales el usuario final interactúa. Se encarga por tanto del propósito del sitio, de la ayuda al usuario, de mostrar el contenido y de la funcionalidad del diseño gráfico.
Por su parte, el perfil de UX es el responsable de comprender qué experimenta el usuario antes, mientras y tras el contacto con la web. No solo son cuestiones de diseño, sino también de identidad de marca y de cómo la misma es percibida por los potenciales clientes. Hace por tanto de una especie de psicólogo digital analizando el comportamiento a partir de los datos y proponiendo e implementando mejoras de cara a una percepción más positiva. Es también quien responde por parte de los visitantes que abandonan la página buscando los motivos y el aprendizaje que tiene en la misma
Y aquí no acaba la cosa, porque no hemos mencionado a ninguna de las profesiones relacionadas con el comercio web, ni tampoco nos hemos metido de lleno entre los diferentes profesionales que se encargan de poner imagen e ilustraciones a todos los sitios. Y eso, dejándonos también fuera a profesiones todavía en vías de evolución como los expertos en inteligencia artificial o blockchain. El avance vertiginoso de la digitalización, sumada a los procesos más lentos de adaptación de las carreras y ciclos, así como al desconocimiento de todo ese gigantesco remix por parte de muchos empresarios hace que el caos sea latente. Pronto retomaremos en nuestro blog este tema para seguir aclarando siglas y haciendo posible que empresas y profesionales acaben por encontrarse por el bien de ambas partes.
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