A lo largo de 2022, los gastos por servicios en la nube crecieron en todo el mundo un 29 %, respecto a los datos de 2021. Sin embargo, este crecimiento ha sido desigual a lo largo de los cuatro trimestres. En el primero, el gasto aumentó un 34 %, pero fue decreciendo hasta un 23 % en el último. Por esta razón, muchos especialistas auguran un crecimiento sostenido del 23 % a lo largo de 2023.
Son infraestructuras, software o plataformas que están a disposición de los usuarios a través de Internet. Su uso no hace necesario descargar ninguna aplicación ni programa adicional en el terminal que se esté utilizando. De esta forma, los distintos proveedores facilitan el flujo de datos en las dos direcciones, desde los clientes o frontend hasta los sistemas de los proveedores o backend.
Los proveedores ponen, a disposición de los usuarios, recursos informáticos tanto de red como de almacenamiento. En cierto modo, es un autoservicio que permite a vuestro equipo técnico acceder a los recursos que verdaderamente necesitáis. Suele ser a través de una API o de un panel de control. Esto os puede suponer una reducción de costes si no queréis comprar en este momento, pero sí mantener la infraestructura.
En este caso, el proveedor tecnológico de servicios en la nube facilita también el sistema operativo y las bases de datos. Vuestro equipo sigue siendo responsable de las aplicaciones, datos y funciones. Es una plataforma simple y escalable para compilar aplicaciones, donde vuestros desarrolladores pueden adquirir los recursos que necesiten.
Es la modalidad que ofrece la máxima compatibilidad y, por otro lado, es la más sencilla. Permite a los usuarios utilizar una aplicación en la nube, la plataforma para ejecutarla y toda la infraestructura subyacente.
Permite a los desarrolladores diseñar, gestionar y ejecutar paquetes de aplicaciones como funciones. Se basa en eventos y no tienen que mantener la infraestructura.
Esta guía os pone al día sobre computación en la nube y el papel de la tecnología en la transformación digital.
Con la pandemia, los servicios en la nube vinieron a salvar las circunstancias en las que todas las empresas se vieron sumidas. Por un lado, permitieron el trabajo remoto de los empleados, pero también seguir con la actividad.
Al final, aquella situación aceleró la digitalización de las empresas. Por otro lado, las que no lo hicieron en ese momento pudieron constatar que la transformación mejoraba los datos y las cuentas de resultados. Por tanto, es absolutamente entendible que el crecimiento en digitalización sea constante y siga en aumento a pesar de las dificultades.
Ahora bien, las incertidumbres macroeconómicas ocasionadas, principalmente, por la crisis energética y la invasión rusa de Ucrania han provocado cambios.
Ante los precios más elevados de la nube y de los costes operativos, las empresas han adoptado estrategias encaminadas a optimizar las actividades. De este modo, esperan reducir su consumo y ahorrar costes. También se espera una desaceleración de los contratos.
Los clientes se están replanteando la forma de utilizar la nube en sus operaciones empresariales. En definitiva, predominará la adopción de estrategias conservadoras poco expeditivas, al menos, durante 2023.
Aunque la inflación está haciendo mucho daño a todos los países, Estados Unidos, además, parece que lidiará con una recesión. Aunque el riesgo sobrevoló todos los países industrializados, parece que Europa, de momento, se librará de ella.
Ante esta situación, muchas empresas están ajustando sus estrategias en la nube para conseguir una mayor eficiencia y control. De hecho, algunas evalúan la repatriación de ciertos volúmenes de trabajo en ella a centros de datos privados o de localización compartida con el fin de reducir costes. De hecho, se están impulsando estrategias híbridas o multicloud.
Son numerosas y está transformando la gestión de la información. Os mencionamos algunas de ellas:
Un proveedor de servicios en la nube o CSP es una empresa externa que ofrece recursos tecnológicos escalables a los que accedéis por una red. Puede ser para almacenamiento de datos, plataformas o aplicaciones en la cloud. Ejemplos de estas últimas seguro que las habéis utilizado, como Gmail, Drive, Mega Cloud o Mega Nube, entre otros.
En 2023, seguirán creciendo los servicios en la nube. Tal vez, no será al ritmo del primer trimestre de 2022, pero este proceso ya es imparable. Las grandes ventajas que proporcionan a cualquier tipo de empresa justifican sobradamente esa partida presupuestaria. Es más, probablemente, los que no se atrevan a dar esos pasos sean los que se queden en el camino en un mundo tan cambiante como el que vivimos. Si os interesa este tema, contactad con nosotros.
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