El concepto ‘retail’ hace referencia a un sector económico que abarca a las empresas cuya actividad se centra en la comercialización masiva de productos o servicios uniformes a cantidades voluminosas de clientes. En particular, cuando esto se aplica a la moda, se ha de pensar en las grandes marcas, como Inditex o H&M, que operan a gran nivel, ejerciendo casi de supermercado textil a nivel usuario.

La industria de la moda ha estado en auge en los últimos años, poniendo en práctica toda clase de formas innovadoras de comprar ropa. Los consumidores piden más variedad y una experiencia de compra más accesible.

Dadas las facilidades informáticas del mundo moderno, la creciente digitalización del sector empresarial y los cambios en el comportamiento de los usuarios en las compras a través de Internet, ¿cómo puede afectar el nuevo escenario a las tendencias textiles?

En 2018, se calcula que la compra online de productos de moda alcanzará el 40% sobre el total del e-commerce. Y este indicador continuará al alza en 2020, cuando llegará al 42%. Pero, ¿qué queda por explorar en el sector más aventurero y arriesgado de todo el mercado?

La moda lleva el cambio y la experimentación en el ADN. Su propio concepto está ligado a la innovación y la evolución. Éstos son los 7 caminos más apasionantes que le quedan por recorrer en los próximos años.

El porcentaje de mercado que cubre el nuevo consumo ecológico crece anualmente de forma exponencial y sorprendente. No obstante, falta todavía por hacer de este consumo algo sugestivo y popular para las grandes masas.

No se trata sólo de estimular a la parte del público potencial que tiene conciencia ecológica, sino de llevar esa conciencia al público general. 2020 será por fin el año en que la ropa sostenible se convierta en una tendencia mayoritaria.

Cada vez empieza a sonar más fuerte el concepto de la ropa interactiva, capaz de relacionarse con nuestro entorno.

Ya existen, por ejemplo, vestidos capaces de actuar como un indicador de pH cuando la lluvia cae sobre la tela.  En dicho caso, su finalidad es facilitar un enfoque específico para visualizar la calidad del aire a través del agua de lluvia. Su uso conjunto con la aplicación para móviles permite llevar un registro histórico de esos datos.

Otro ejemplo son los colchones o pijamas para bebés que cambian de color  cuando el niño tiene fiebre.

Estos ejemplos son solo uno de los tantos en los que la tecnología nos ayude a relacionarnos con el medio natural de forma sencilla, controlando factores que afectan a nuestra salud y confort con la ropa que llevamos puesta.

En muchos otros productos, la personalización se centra más en la parte estética, de modo que el producto se ajuste a nuestros gustos y preferencias.

En el mundo del calzado, aunque este es un factor importante, se une otro todavía más diferenciador, como es el confort y la comodidad, algo clave en este sector.

Quizás por ello los zapatos a medida elaborados con las últimas tecnologías pueden ser la nueva revolución. Basta con una huella para realizar una impresión en 3D que se corresponda con las medidas exactas del pie que va a ser calzado.

La bioingeniería de materiales es otra área que promete mucho en lo que respecta a soluciones sostenibles para la moda. La fábrica ya no es el epicentro de creación de materiales; ahora, y cada vez más, está siendo sustituida por el laboratorio.

Para ello se usan componentes que van desde desperdicios de alimentos y moho hasta algas y hongos. Los resultados son telas que no sólo son originales, sino que ofrecen texturas y estéticas novedosas. Además, son biodegradables y se crean mediante técnicas más ecológicas.

Del mismo modo que cada vez hay más plataformas online para consumir contenidos audiovisuales bajo suscripción, empiezan a surgir páginas, como Rent The Runway, que ofrecen accesorios de moda por una cantidad fija al mes (en este caso, 49 dólares).

Los suscriptores escogen entre una infinita variedad de bolsos, gafas de sol y auriculares, seleccionando tres para ser entregados cada mes, con envío y seguro incluidos. Se trata de un nuevo modelo de consumo que gana adeptos.

Gracias a las aplicaciones móviles de Realidad Aumentada, la experiencia de la compra online puede ser mucho más rica. Ahora los usuarios tienen la posibilidad de “probarse” artículos desde casa, sin necesidad de desplazarse a la tienda física.

Esta tecnología manipula el entorno añadiendo objetos e ilustraciones a través de su software, que lo proyecta en una pantalla (en este caso, la del móvil) que ejerce de visor. Mediante esta técnica, será posible comprobar en directo si unas gafas, un sombrero o un estampado concreto nos resultan favorecedores.

La tecnología de reconocimiento facial puede proporcionar información sobre el proceso de decisión de compra del consumidor identificando clientes y desarrollando experiencias personalizadas para ellos.

El reconocimiento facial puede brindar todos los antecedentes sobre sus compras pasadas, sus direcciones de envío o a dónde viaja permitiendo al personal mejorar su servicio al obtener una idea del perfil online y offline del cliente.

Aunque esto también puede encontrarse de frente con la legislación relativa al derecho a la privacidad con lo que debe desarrollarse siempre bajo los estándares legales vigentes.

En definitiva, la moda intenta ajustar sus parámetros cada vez con mayor permeabilidad a los cambios tecnológicos adaptándose a las necesidades éticas que imprime la conciencia con el medio ambiente.

No se trata de poner patas arriba, de la noche a la mañana, toda la filosofía del retail, sino de utilizar la innovación y la creatividad para hacer que la industria se adapte al consumo propio de las nuevas generaciones. Se ha de afrontar, por tanto, un desafío técnico y comercial de calado.

Si se juega con perspicacia, los resultados serán provechosos. Cambiar a un modelo de este tipo, tan abierto a las nuevas tecnologías, puede abrir nuevas oportunidades para las empresas, que además serán más sostenibles.