La Cuarta Revolución Industrial está dando un giro de 180º al modo en que las compañías operan, así como al entorno en el que compiten y el mercado en el que trabajan. Sobre qué es la industria 4.0, se define como la combinación de nuevas técnicas de producción y operaciones, basadas en las nuevas tecnologías inteligentes.
La revolución industrial 4.0 implica la integración de todas las fases que componen la cadena de valor a través de la digitalización tanto de productos como de servicios. En 2019, este concepto es una realidad a nivel global, proporcionando mejoras significativas en diversos ámbitos, como la productividad y la fidelidad por parte de los clientes.
Resulta de vital importancia comprender el potencial que ofrece la revolución industrial 4.0. Más allá de los propios procesos de fabricación por parte de las empresas, afecta a la sociedad en su conjunto.
Las industrias 4.0 están fuertemente influenciadas por la creación y el desarrollo de las nuevas tecnologías: Inteligencia Artificial, robótica, nanotecnología, Internet de las Cosas, etc.
Así, las compañías, independientemente de su tamaño y sector, deben realizar un estudio exhaustivo para identificar las oportunidades que presenta el mercado y hacer uso de las tecnologías más adecuadas para aprovecharlas.
A pesar de estar en pleno Siglo XXI, todavía son muchos los directivos y líderes que mantienen una postura tradicional. Sin embargo, si realmente quieren cumplir los objetivos empresariales y definir una estrategia eficiente y competitiva, deben integrar las nuevas tecnologías en sus compañías.
El flujo de información puede darse desde distintas vías. Por un lado, del mundo físico al digital, de modo que se capturan los datos del mundo físico y se trasladan a una base de datos digital.
Por otro lado, del digital al digital, de modo que los datos se comparten y se administran haciendo uso de sistemas avanzados, como Big Data. Y, por último, del mundo digital al físico, aplicando algoritmos para el traslado de decisiones basadas en datos digital a acciones en el mundo físico.
Para comprender qué es la revolución industrial, es importante entender que su impacto va más allá del ámbito empresarial. Afecta de forma notable a los ecosistemas y a todos los agentes que de algún modo operan en ellos: proveedores, clientes, inversores financieros, socios, etc.
Además, la industria 4.0 tiene un gran impacto en las organizaciones, tanto públicas como privadas. La capacidad de obtener y analizar datos en tiempo real mejora su competitividad y productividad.
Por supuesto, los individuos también se engloban entre los impactos de las industrias 4.0. Su experiencia de compra mejora de forma notable ya que las nuevas tecnologías permiten una mayor interactividad de los usuarios, tanto con el producto o servicio en cuestión, como con la empresa.
La transformación digital en el ámbito empresarial puede darse a raíz de numerosos recursos, en función de la actividad y las necesidades concretas de la compañía. Uno de los más utilizados a día de hoy es la fabricación flexible, en la que humanos y robots trabajan por un objetivo común.
Los sistemas ciberfísicos también son relevantes en la industria 4.0, del mismo modo que la sensorización y la realidad aumentada. El Internet de las Cosas está tomando una gran importancia en la sociedad y entorno actual.
El proceso de implantación de la digitalización y nuevas tecnologías en empresas en España a día de hoy es lento, aunque avanza de forma progresiva y sin pausa. Aproximadamente el 70% las compañías se encuentran en la actualidad en una fase de implementación baja o media, mientras que apenas el 30% sostiene un nivel avanzado.
Por lo tanto, uno de los principales objetivos que se maneja a día de hoy es el de digitalizar toda la cadena de valor y cada una de las etapas que la componen. Esto supone la digitalización de los procesos de producción y operaciones, englobando el capital humano interno y externo, así como la relación que la empresa maneja con los proveedores y clientes.
A nivel internacional, se establecen diferentes categorías valorando el nivel de digitalización. En primer lugar, las industrias 4.0 líderes digitales, cuya principal característica es que han implementado de forma adecuada las nuevas tecnologías en toda la cadena de valor. En segundo lugar, las empresas innovadoras, que mantienen un nivel de digitalización medio-alto. En tercer lugar, las conocidas como seguidoras digitales, que se encuentran en un proceso de definición y desarrollo. Y, en último lugar, las organizaciones novatas, con un nivel de digitalización escaso.
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